Cuatro chicos problema de Chicago. Gente vaga y mal entretenida. Pequeños delincuentes tratando de subir de categoría. Precoces truhanes, azotes del barrio, vándalos en potencia, destrozones por naturaleza, patota de granujas de poca monta. Señoras cogotudas del vecindario comenzad a temer por vuestras carteras; usted, joven madre, mejor piense dos veces antes de mandar a su hijo a comprarle el pan para la cena al almacén, Lord Mantis anda suelto. La resaca de la nueva generación está en la esquina tomando licor barato y molestando a las chicas que pasan. Cuatro gamberros, sinvergüenzas, sin nada mejor que hacer que sembrar el pánico entre los transeúntes. Cuatro matones que no dudarían en darte una buena tunda si los cruzas de madrugada con la remera de su equipo de fútbol puesta, cuatro animales peligrosos con ganas de quebrar unos huesos con sus bates de béisbol.
Dicen que lo más puro de la bondad se encuentra en las pequeñas cosas. Pues lo mismo pasa con la maldad y estos críos son la maldad más pura e inocente que se pueda encontrar. No hablan de genocidios, ni de asesinar a la Humanidad, hablan de gente atropellada por colectivos, enanos anormales y de abducciones. Si claro, ya tienen un buen prontuario, vienen de bandas tan violentas como Indian (impresionante grupo de sludge) y de Avichi (ignotos black metaleros de vanguardia) y Nachtmystium. Y como era de esperar Lord Mantis suena como todas esas bandas juntas pasadas por un baño extra de mugre y oscuridad.
Con esta gente mejor quedar como amigo y saludar siempre. Si te preguntan si te gustó su disco simplemente no les digas “no lo escuché” (tus huesos te lo agradecerán), solo atina a decir humildemente “es lo más jodido y violento que escuché en mucho tiempo”. Quizás te dejen ir y habrás dicho la verdad.
alien
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